En la ciudad de Bucaramanga se pueden observar unas cansadas almas ambulantes vendiendo desde la hora en la que se posa el alba, hasta que la oscuridad yace entre calles donde la realidad urbana da un giro de 360 grados y florece la actividad nocturna rutinaria. Carlos Javier hace parte de ese ejercito de miles de vendedores ambulantes recorriendo las calles de Bucaramanga con su caballito metálico de cuatro ruedas equipado con un pequeño motor que hace funcionar una licuadora en la que prepara el protagonista de su trabajo, un jugo de borojó al cuál le añade una gran variedad de vitaminas, una cada más extraña que la otra asegurando ser afrodisiaco y beneficioso para la salud.

 

• - Viejito ese jugo de borojó con esas vitaminas pueden desde curarle los dolores de espalda y de rodillas hasta ponerlo en la cama ya sabe como

 

Carlos Javier migró hace 4 años desde Venezuela con un título técnico superior en manejo industrial y la ilusión de encontrar en el campo laboral una oportunidad para ejercer su carrera y sacar a su familia de una creciente crisis en el país. Para su sorpresa, los giros de la vida son tan inesperados que terminó accediendo a trabajar como vendedor de jugos borojó, trabajo del cuál se siente orgulloso y le madruga de Lunes a Viernes, para recorrer desde las 8 de la mañana hasta las 3 o 4 de la tarde por los barrios colindantes a la zona céntrica de la ciudad, encomendándose a Dios desde que sale de su casa en el barrio la independencia para que el día sea caluroso y así aparezca más clientela durante el trayecto.

 

• - Hoy gracias a Dios el día está caluroso y parece que va a ser productivo, porque cuando cae llovizna y está helado, las ventas caen mucho y termino rápido el recorrido, esa vaina no me sirve a mi porque si no trabajo, no llevo a la casa pa' comer

 

La realidad inocultable de un vendedor ambulante, es tener que sobrevivir con las ganancias de un trabajo del día a día exponiéndose a los innumerables peligros que se encuentran en cada calle junto con los designios ambientales que tenga el día; esto se debe a que aunque los días lluviosos no frenan la esperanza por vender, la realidad es que las ventas se reducen considerablemente por la falta de clientes en las calles y aumenta el desespero por no cumplir con el estimado diario para subsistir. Aquí es donde aplica aquella analogía popular la cuál reza que ''mientras unos disfrutan en sus camas los días lluviosos a otros se les está inundando la casa con la misma lluvia''.

​

​

​

​

​

 

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

 

Siendo las 9 de la mañana y en medio de un sol arrogante y mal mirado, el panorama empieza a ser favorable para Carlos, yendo siempre rodeado de unas buenas vibras y sin tener que soltar una sola palabra, edificó una clientela fija de maestros y obreros de construcción quienes a diario buscan -la vitamina pa' quedar propio todo el día- que se convierta en un efecto placebo, un milagro afrodisiaco o un producto funcional, le es indiferente a cada uno de ellos, lo que saben es que tomarse un vaso grande del mismo es el empujón y la inyección de energía para aguantar las extenuantes jornadas levantando las diferentes edificaciones que se empiezan a incrementar en la ciudad bonita.

 

• - Yo eso no sé si me dañe al corazón, si de otro efecto y menos por que me da energía, lo que sé es que me deja camellar y no le paro bolas al resto -

 

Afirma uno de los maestros de obra, quien en conjunto de los demás obreros en el barrio Comuneros, tienen perfectamente claro por que les gusta comprarle el jugo a Carlos.

 

• - No mano el ''veneco'' lo atiende una calidad a uno y le hace hasta la charla, bacano bacano el man pa' que le digo mentiras, y lo más bueno de todo es que el hijuemadre jugo es rico -

 

Y es que en su recorrido entre el barrio Comuneros y el barrio San Francisco, las calles hablan por si solas y se escucha como entre locales se evocan saludos calurosos hacia Carlos. En uno de estos locales trabaja don Alberto, un fabricante de calzado quien sagradamente compra jugo para él y sus empleados porque aseguran ser testigos de los beneficios que han tenido en la salud desde que empezaron a tomar frecuentemente de este mismo.

 

• - Ese man sabe más de lo que sabe un médico, yo tenía un dolor en el hombro de cortar cuero y me dijo que me tomara el jugo con esta vitamina y que me comprara tal pastilla y eso fue santo remedio, ahí me bajó el dolor del hombro -

 

• - Y ustedes que opinan de eso?

 

Les pregunté a los otros dos empleadas quienes en medio de carcajadas se jactaban de la respuesta de don Alberto

 

• - No eso al patrón no solo le curo el dolor de hombro si no que ahora también lo llaman los familiares con dolencias y se la pasa dándole remedios y recetas, ya lo llaman el doctor Jácome

 

En medio de aquella calurosa charla, como un ángel caído del cielo apareció una vendedora de tintos quien en su recorrido también se estaciona en el local de don Alberto para ofrecerle de su café con leche, su tinto y hasta su agua aromática sorprendentemente también afrodisiaca. Su nombre es Carla y en medio de afanes por seguir vendiendo su producto diario, se tomó un tiempo para contar sobre como es su vida día a día como vendedora informal.

 

• - En los recorridos uno como mujer ve de todo, manes morbosos que viven echándole los perros a uno, otros que solo compran por creer que pueden acostarse conmigo insinuando cosas obscenas y ya las personas que de verdad necesitan solo un tinto para de pronto agarrar energía o para hacer una pausa de la rutina, yo igual no le presto atención a eso, salgo con buena cara a ofrecer mis tintos y enfocada en llegar cada día con lo necesario para mantener a mi hijo

 

• - Siente que su hijo y usted viven teniendo este trabajo como única fuente de ingresos?

 

• - Uy claro que si, desde que mi Dios me de salud para trabajar todos los días, yo tengo para todo lo que necesitamos mi hijo y yo, le pago el colegio y hasta ando buscando ahorita para sacar una motico a cuotas y con unos ahorritos que tengo por ahí, y nunca me ha hecho falta un marido, yo solita he sacado adelante a mi hijo.

 

Allí terminó la charla y proseguimos con el recorrido de Carlos, quien se dirigía al primer punto clave para vender en cantidades, la conocida como ''calle de los lujos para carros'' en donde esperar reunir buena clientela viendo el calor tan bochornoso bajo el que tienen que trabajar, se reza al aire como casi un padre nuestro. En medio del trayecto se me ocurrió plantearle de igual manera que a Carla, la pregunta sobre cómo siente que vive en base a lo que gana, viendo influidos los factores de: tener un día bueno, tener un día malo, el sostenimiento de su familia y propio, el sostenimiento de su herramienta de trabajo, los gustos y la re inversión en el negocio.

 

• - Pues viejito yo gracias a Dios vivo muy bien, cuando hay días buenos me llego a ganar noventa mil pesos diarios y en promedio al mes me gano mas del millón doscientos mil pesos, pero claro eso lo divido en mi familia cada vez que puedo enviarles algo, acá con mi mujer también en cuanto a la comida, los servicios y el arriendo y ya lo más importante que es invertirle al borojó, normalmente uno compra dos sacos llenos de borojó que son unos ochenta mil pesos diarios y lo que más se gasta es en las vitaminas que llegan a ser unos trescientos mil pesos, siempre es caro, ¿si me entiende?. Aquí la mujer también trabaja entonces aporta a lo que haga falta, igual siempre tengo un estimado del cuál trato de no bajarme pa' no quedar colgado

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

​

 

y es que hablar de subsistir con un estimado no es precisamente hablar de vivir obligatoriamente con lo mínimo y en escasez, esto solo es un mito tergiversado y urbano; por ejemplo, según Villalobos José D. (2023) a través de la página ''La PS4'' afirma que: ''El salario mensual para el nivel básico de Vendedores ambulantes de productos comestibles oscila entre $ 798.424 y $ 1.191.858.'' este salario termina siendo muy valioso para personas como una tintera quien a través de un video en el canal del Youtuber Juan Martínez Blessing afirmó que: ''Desde este puestecito pago mi arriendo, mi comida, mis servicios, todo y hasta le di a mi mamá''.

 

Cae la tarde y empieza a marcar el reloj las 3 de la tarde, en el punto álgido de la gran estrella que irradia luz Carlos ha recorrido varias calles del centro de Bucaramanga, vendiendo su productos a cuanta taller de mecánica lo solicita y a cada moto o carro que se frena junto a la acera para pedirle que le prepare un jugo bien cargado de vitamina. Finalizando su recorrido Carlos debe pasar por una calle en donde terminaba vendiendo una buena cantidad de jugo al comando de policía ubicado en el mismo centro de la ciudad, pero de un año para acá, ha venido sintiendo un rechazo por parte del comandante, quien le pide que por favor se retire y siga circulando porque es prohibido quedarse ahí estacionado vendiendo.

 

• - Yo la verdad no sé por que será que el comandante ya no me deja desde que trasladaron a todos los chamitos bachilleres que me compraban, quizás ocurrió algún problema con los muchachos o no sé; igualmente para mi es mejor no buscarle pleito ni nada porque tu sabes como son las cosas con uno que es de otro país

 

Aunque las razones son múltiples y desconocidas para que no se le permita vender, la realidad y lo que está comprobado es que en el área Metropolitana aún se registran una gran cantidad de trabajadores informales; según las cifras brindadas por el Dane en el 2023, la informalidad en la ciudad se mantuvo en un 45,4% y en muchos casos han existido muchos acechamientos por parte de las autoridades, hacia los vendedores ambulantes primordialmente con el objetivo de recuperar el espacio público y reubicarlos en sitios aptos para la formalización de su trabajo así como lo reportó la pagina de la alcaldía de Bucaramanga en el año 2023, cuando el entonces alcalde Juan Carlos Cárdenas Rey, entregó un total de 75 locales comerciales para la reubicación de estos mismos ; el problema surge cuando se cruzan los límites en estas rodadas y terminan estrellándose con un abuso policial, el cual termina generando conflictos entre autoridades y vendedores, quienes como Carlos, solo buscan salir a ganarse el pan del día para no pasar hambre en la noche.